miércoles, 24 de febrero de 2010

Desnudando La Alcazaba


Ascensión a La Alcazaba, 3.369m
Parque Nacional de Sierra Nevada
21 Febrero de 2010

"Hemos vuelto a tener suerte", tras unas semanas diluviando en el sur y tras caer una de las mayores nevadas en los últimos cuarenta años en Sierra Nevada, nos dirigimos a la localidad granadina de Trévelez para intentar la ascensión de una de sus cumbres más emblemáticas en una salida realmente espectacular.
Además de ser la más dura que he hecho nunca, y es que ya lo advirtió Arturo:
- "Va a ser una buena paliza, así que ya sabéis, papeo para unas diez-doce horas y peso el justo"

El grupo es de primera, me acompañan Antonio Moya y Antonio David, además de la agradable gente del CMM. Las primeras conversaciones con la gente de Trévelez no son muy esperanzadoras, hay nieve desde el pueblo y los refugios de Carihuela y la Caldera están soterrados, así que nos alejamos de "Siete lagunas" para ascender por la loma frente al vertedero y evitar el alto riesgo de aludes. Aún así, contemplamos los restos de uno que dejó grandes grietas en la superficie.

Restos de un alúd debajo de Las chorreras

El día es muy agradecido pero no lo es tanto la nieve hecha mantequilla que empezó a ponerse imposible, lo que nos hacía colarnos hasta la cintura casi en cada paso que intentábamos dar. Llevamos andando desde las siete y media, y el cansancio va haciendo mella. Aunque el sol acompañe y la ilusión es grande, tampoco vamos a perder la cabeza...


El tiempo pasa lento pero disfrutamos en cada paso, tenemos la cumbre a trescientos metros y llega la hora de la verdad. Me siento bien y me animo a abrir huella hasta la cima.
- "Ve zigzagueando, si no, no sirve de nada"


Ahí vamos, desnudando La Alcazaba, por fin se deja ver con claridad y parece que no va a escapar...

De las vistas, como dice un amigo nuestro, "Nunca voy a comentar nada", hablan por si solas, así que nos deben hacer callar y observar...

El pico Mulhacén visto desde La Alcazaba


El grupo en la cima de La Alcazaba, 3.369m

Sube el resto del grupo, bajo el último y encaramos la vuelta. El frontal ha hecho un gran papel, así lo esperábamos.
Llegamos a Trévelez y son más de las diez, llevamos horas en la más intensa oscuridad, la alegría y el silencio...sobre todo mucho silencio.

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