martes, 2 de marzo de 2010

Un suspiro en El Portazgo


1ª Carrera de montaña
Ascensión al Portazgo
28 Febrero de 2010


Un suspiro, eso fue todo lo que disfrutamos las vistas que nos ofrece el Collado Portazgo. Si por nosotros y el crono fuese, hubiésemos permanecido allí un buen rato ya que el día, pese a no contar con un sol radiante, nos dejó estampas muy bonitas que tan solo pudimos contemplar algunos segundos.


Nuestro amigo Benjamín, da el "pistoletazo" de salida y comienza la carrera; Un río a rebosar, el puente alambre y el zig-zag son las primeras paradas de la mañana.
-Vamos tranquilos Juampa, que se note el factor campo, después de todo corremos en casa.
Es nuestra primera carrera de montaña y nada tiene que ver con las Medias Maratones a las que acostumbramos, está claro. El desnivel es mucho mayor, más de mil metros positivo, el terreno muy irregular y la distancia es de casi tres kilómetros más larga. Aún así, estamos disfrutando al correr por sendas y montes que hemos pateado tantas veces con nuestros amigos.


Hemos dejado atrás El Madroñal y rozamos el Vértice Geodésico mientras alcanzamos a nuestro compañero Víctor Gil.
- ¿Veis La Sagra?
- Si no lo dices, ¡ni darnos cuenta!
Ahí queda, cubierta de nieve imponente en el horizonte.
Tras la foto de rigor en el hito del Portazgo, nos espera el tramo más duro de la carrera y es que el cartel de bienvenida lo dice bien claro: "Atención, tramo técnico, extremar las precauciones"
Vamos, un "rompe piernas" total por el que avanzamos hasta la pista forestal que nos llevará de nuevo a la raíz de todo. Saludamos en el Collado de la Atalaya, hacemos memoria en Medina Siyasa y nos acordamos del Moro que labró esa senda angosta y resbaladiza que ahora dejamos atrás.

Tras 2 horas y 46 minutos, cruzamos la meta de la esquina del Convento, estamos orgullosos de nuestro trabajo y de haber disfrutado la mañana desde bien temprano.
-¿Vosotros terceros de la categoría? bueno, una anécdota, aunque habrá que lucir la copa, es la primera vez que nos encontramos en un panel de fin de carrera y no es en la parte trasera...

miércoles, 24 de febrero de 2010

Desnudando La Alcazaba


Ascensión a La Alcazaba, 3.369m
Parque Nacional de Sierra Nevada
21 Febrero de 2010

"Hemos vuelto a tener suerte", tras unas semanas diluviando en el sur y tras caer una de las mayores nevadas en los últimos cuarenta años en Sierra Nevada, nos dirigimos a la localidad granadina de Trévelez para intentar la ascensión de una de sus cumbres más emblemáticas en una salida realmente espectacular.
Además de ser la más dura que he hecho nunca, y es que ya lo advirtió Arturo:
- "Va a ser una buena paliza, así que ya sabéis, papeo para unas diez-doce horas y peso el justo"

El grupo es de primera, me acompañan Antonio Moya y Antonio David, además de la agradable gente del CMM. Las primeras conversaciones con la gente de Trévelez no son muy esperanzadoras, hay nieve desde el pueblo y los refugios de Carihuela y la Caldera están soterrados, así que nos alejamos de "Siete lagunas" para ascender por la loma frente al vertedero y evitar el alto riesgo de aludes. Aún así, contemplamos los restos de uno que dejó grandes grietas en la superficie.

Restos de un alúd debajo de Las chorreras

El día es muy agradecido pero no lo es tanto la nieve hecha mantequilla que empezó a ponerse imposible, lo que nos hacía colarnos hasta la cintura casi en cada paso que intentábamos dar. Llevamos andando desde las siete y media, y el cansancio va haciendo mella. Aunque el sol acompañe y la ilusión es grande, tampoco vamos a perder la cabeza...


El tiempo pasa lento pero disfrutamos en cada paso, tenemos la cumbre a trescientos metros y llega la hora de la verdad. Me siento bien y me animo a abrir huella hasta la cima.
- "Ve zigzagueando, si no, no sirve de nada"


Ahí vamos, desnudando La Alcazaba, por fin se deja ver con claridad y parece que no va a escapar...

De las vistas, como dice un amigo nuestro, "Nunca voy a comentar nada", hablan por si solas, así que nos deben hacer callar y observar...

El pico Mulhacén visto desde La Alcazaba


El grupo en la cima de La Alcazaba, 3.369m

Sube el resto del grupo, bajo el último y encaramos la vuelta. El frontal ha hecho un gran papel, así lo esperábamos.
Llegamos a Trévelez y son más de las diez, llevamos horas en la más intensa oscuridad, la alegría y el silencio...sobre todo mucho silencio.

domingo, 21 de febrero de 2010

Una primera vez en La Sagra

Ascensión a La Sagra 2.383 m
Noviembre 2008

En realidad no era la primera vez que lo intentabamos, así que ya contabamos con la duda permanente que genera hacer un viaje tras otro para volver por el mismo camino... y de vacío. Esta vez tuvimos suerte y nos quedó una salida p
ara recordar.
Pasamos la noche en Caravaca, dan las seis y está raso, ¡nos vamos!


La montaña presenta algo de nieve pero tiene un buen aspecto. Cogemos la senda que nos llevará al bosque vertical por donde comenzamos la ascensión, mientras Antonio a
bre camino por el embudo Juan Pablo y yo tenemos bastante con mantener el equilibrio entre tanta piedra suelta.

Llegamos al caramelo donde hacemos la primera parada para tomar aire y afrontamos las últimas palas de nieve con muchas ganas, ya casi estamos en la cima.

- Se ha clavao, ¿eh?, prefiero que haya nieve...
- Como la que tienes allí enfrente, será Sierra Nevada
¿no?
-Tú di que sí...

Hemos ascendido bien, ahora toca disfrutar las bonitas vistas que nos ofrece este día, pues para algo hemos madrugado.
Por fín, el tiempo y la montaña han sido justos con nosotros, eso si, que no se confien porque esta sólo ha sido la primera...

domingo, 7 de febrero de 2010

Islandia, pais de hielo y fuego (III)

Un recorrido por el extremo noroeste de Europa
Episodio tercero
Julio de 2007

Ha sido un viaje especial, hasta ahora el más sorprendente de todos, por lo que no son suficientes tres capitulos para resumir la belleza de esta tierra. Aun así, espero que os hagais una idea con estas imagenes y las disfruteis.


Cascada de Dettifoss, con una caida de 44 m. y la más caudalosa de Europa.


Avistando el Vatnajökul

Cascada de Skogafoss

Cascada de Godafoss

Playa de arena negra volcánica de Dyrhólaey, basalto en estado puro.

Islandia, país de hielo y fuego (II)

Un recorrido por el extremo noroeste de Europa
Julio de 2007
Episodio segundo


Es el Vatnajökull con más de 8.400 km2 el mayor glaciar de Europa.
Está claro que quien haya tenido la oportunidad de contemplar alguna vez uno, se puede hacer una idea del tamaño del Vatna.
Es gigante.

Tras varias horas divisando su lengua desde el bus, por fin pisamos hielo.
El día no acompaña aunque no hace frio y las nubes bajas dan un aspecto muy salvaje a esta inmensa capa por lo que no hace falta calificar el espectáculo del que ahora disfrutamos.
Decenas de focas aletean por los alrededores apareciendo y desapareciendo continuamente, viven en libertad sin miedo a ser pateadas. Que aprendan de los islandeses.



Un día de calma en el Vatnajökull. En el horizonte, imponentes las cumbres que dominan el glaciar, en claro retroceso desde las últimas décadas.




Hekla es junto con el Vesubio y el Etna el volcán más activo de Europa y ahora lo pateamos. Es la magia de Islandia, en pocas horas te permite descubrir paisajes totalmente inversos y de un contraste increíble.

No es el clásico volcán que todos conocemos ya que no tiene un único cráter, si no que son varias las fisuras que en caso de actividad escupirían fuego y cenizas formando columnas de lava que en más de una erupción han arrasado la campiña circundante.

El olor a azufre es fuerte, ahora todo es amarillo, azul, un poco naranja...

-No está muerto, está latiendo. Toca las piedras sin quemarte.
"Y sin llevártelas a casa", parecía decir con la mirada, a este paso vaciamos el volcán.

Siento que la naturaleza prepara bajo nuestros pies una bomba que algun día volverá a estallar, esperemos que no sea hoy.

jueves, 28 de enero de 2010

domingo, 24 de enero de 2010

Islandia , pais de hielo y fuego (I)

Un recorrido por el extremo noroeste de Europa
Julio de 2007
Episodio primero

Julio Verne lo imaginó...yo lo he visto

Es difícil empezar cuando tres años más tarde todavía no has digerido la belleza natural que has absorbido en tan solo diez días. Y es que ante tal variedad de posibilidades y sensaciones que esta isla nos ofrece es imposible quedarse indiferente.
Estamos en Islandia, territorio de origen volcánico en el que podremos pasar de verdes y extensas praderas, a zonas desérticas o pasear por glaciares inmensos. Se dice pronto.
Es verano, el sol de medianoche nos ofrece un continuo espectáculo gratuito de luces y colores, la temperatura es agradable y no me importa tener luz las 24 horas del día.

Hemos pateado Reikiavik de cabo a rabo, previo avistamiento de ballenas en "La cala de los humos" nombre de la ciudad en idioma islandés. Se trata de una urbe moderna y cosmopolita de aproximadamente 200.000 habitantes siendo la capital del país por lo que no hace falta describir la tranquilidad y la calma con la que esta gente vive, nada que ver con el ajetreo y las prisas a las que acostumbramos en el sur.
Mañana partimos 'on the road' y no volveremos en diez días, confío en recuperar mi maleta, extraviada en la locura de Barajas.
-¿Pero aquí nunca se hace de noche o qué? Son las cuatro de la mañana y habré escrito unas diez postales...
Bajo deprisa las escalerillas, por lo que veo la gente lleva funcionando varias horas ya, hoy empezamos el Tour y hay más trajín de lo esperado. ¡Toma! ¡Mi maleta! Ya la daba por perdida...


Voy con mis cuatro favoritos, nos espera un autobús 4x4 y un guía espectacular. Nos dirigimos al parque de Haukaladur, buscamos Geysir, un lugar mágico que te atrapa entre el azul de los pozos y los estallidos de los geiseres. Estos son un tipo de fuente termal que eructa periódicamente, expulsando una columna de agua caliente y vapor en el aire. Alucinamos, nunca habíamos visto algo parecido. Eso si, hay que llevar cuidado y no acercarte demasiado, el agua sale literalmente hirviendo y claro, te puedes quemar.


Continuamos nuestra ruta por el suroeste de la isla, nuestra próxima parada es la 'Cascada de Gulfoss', realmente impresionante debido al abundante caudal de agua en esta época de deshielo y al enorme salto de agua que tenemos ante nuestros ojos.




Un gran espectáculo visual del que disfrutamos gracias a la enorme fuerza erosiva del río Hvitá, sólo el tiene la culpa.



jueves, 7 de enero de 2010

Sol y nieve en el GR 7

Ascensión de la Atalaya, Cieza
Agosto 2005-Febrero 2006

Es la ascensión a la Atalaya uno de los recorridos más populares y satisfactorios que podemos encontrar a pocos pasos de nuestra casa y es que vivir en Cieza es una gran suerte para todos los amantes de la naturaleza. Este recorrido se convierte en un paso obligado varias veces al año, las vistas aéreas y la sensación de contemplarlo todo a vista de pájaro nos llevan a subir una y otra vez sea la fecha que sea.

Recuerdo que fue un 16 de Agosto, cambiabamos los Pirineos por el Sur.
-Pichi, ¿qué te parece si mañana damos una vueltecica?
Se une Javi, cogemos el zig zag, y destripando recuerdos de campamento llegamos a la cima. Hace un calor tremendo, el pueblo se prepara para las fiestas y una grúa enorme tapa mi casa. Espero volver pronto.

Estamos en Febrero, domingo, teniamos examen el martes próximo. Hace un frio que pela y han caido unos copos de nieve ésta mañana.
- ¿Has visto como está la Atalaya? ¿Qué te parece si subimos?
- Uff, tenemos el examen ya, me queda un montón que estudiar...
- Para una vez que nieva, ¡anda vamos!
Son las cuatro de la tarde, el día ha quedado raso y la sensación de frío es grande. Dejamos atrás el Puente de Alambre y enseguida nos encontramos el marcado camino del GR 7, que no soltaremos hasta llegar al Collado de la Atalaya.
Las zonas de umbría se tiñen de blanco, es una imagen tan inusual que tiramos gran cantidad de fotos, ¡quien sabe cuando volverá a nevar!

Comienza aqui la parte más complicada de la ascensión. Tomamos la cara Este de la Atalaya y por la cresta llegamos agilmente hasta la cima.
El paisaje no puede ser mejor, la Sierra del Oro, el Almorchón, la Sierra de Ricote, el Castillo y el próximo horizonte tienen un aspecto inolvidable. Tenemos nieve en casa y habrá que aprovecharlo.

Hace tiempo en el Cañón





Cañón de Almadenes, Cieza
Marzo 2005

Fue esta salida al cañón una de las primeras y más atractivas
actividades que hicimos con los Rover durante aquella ronda solar, y aunque habiamos acampado alguna que otra vez con el Grupo en la explanada de la Presa de la Mulata, nunca antes nos habíamos metido de lleno en el Cañón.
Tuvimos la suerte de contar ese año en la sección con dos grandes scouters de los que aprender y con los que compartir salidas que realmente merecen la pena.
Quedamos temprano en el local donde nos recogió Miguel. Bocadillo de filete y marchando,
rápidamente nos plantamos en la Mulata, 247 m.

Cruzamos el rio y comenzamos la ruta perfectamente señalizada y que forma parte del GR 127 "rio Segura". La primera parada obligada es el Manantial de la higuera, que dejamos atrás para adentrarnos en un tramo muy salvaje ya a nivel de rio repleto de cañas, pinos y zarzas. Vamos cogiendo altura hasta la famosa Pasarela , se trata de un puente de hierros que hay que cruzar con un poco de precaución. Continuamos la marcha subiendo las marcadisimas "escaleras"buscando ya la salida del cañón.



Es este un lugar mágico, con unas vistas espectaculares. Teniendo tan cerca este lugar no le damos la suficiente importancia y en el fondo me agrada, prefiero que se mantenga tal y como es, que aguante todo lo que pueda salvaje y natural. Continuamos por el margen derecho del Segura hasta toparnos con la Cueva de la Serreta y más tarde las pozas del primer barranco, lo que estabamos hablando.


Vemos ya de cerca la balsa de agua y la Central de Almadenes. Nos queda el camino de vuelta, tomamos fuerzas y regresamos al inicio de la ruta donde hemos aparcado hace unas dos horas y media. Tras esta salida con mis Rover he vuelto varias veces a hacer la ruta , aunque me quedo sin duda con aquel día pues de alguna manera fue el comienzo de todo.

miércoles, 6 de enero de 2010

De vuelta al Hermano Gris



Descenso al valle por el Balcón de Pineta
Agosto 2005

Episodio tercero

Hemos pasado tres días lejos del campamento, tres intensos días repletos de momentos inolvidables e imagenes espectaculares. Volvemos a casa,la sensación es inmejorable. Amanecemos temprano, nos espera un largo descenso pues nos encontramos en el Collado de Añisclo y pretendemos estar en el Refugio de Pineta
para comer. Iniciamos la ruta extremando las precauciones debido a las fuertes pendientes
que nos llevan hacia el valle, el día soleado nos regala estampas únicas.


Después de un par de horas caminando y tras pasar algunos tramos de descenso equipados
con cadenas, nos vamos acercando al Balcón de Pineta. Desde allí divisamos a la Esculta, se dirigen al lago Marboré. No están muy lejos aunque nos llevaría un tiempo alcanzarlos ya que debemos bordear bastante terreno. Paramos de pronto.
- Podríamos pillarlos, y ver el Marboré.
Es lo que nos gustaría a todos, habíamos oido hablar del lago y se nos ponen los dientes largos muy pronto. Tras una breve conversación, continuamos con la ruta marcada, nos dirigimos al valle. Quizá no era el momento de visitar el Marboré, estabamos haciendo la mejor salida que recordamos y la visita quedó para otro momento, no entraba en los planes iniciales.

El descenso, casi por completo con Victor, no puede ser más tranquilo hasta llegar a uno de los campings que hay en el valle. Ya se siente el murmullo de montañeros y turistas que en estas fechas visitan el parque, nada que ver con la tranquilidad de los días anteriores.
Por fin llegamos al campamento, todo está en calma pues somos de los primeros en llegar, tan sólo la manada nos recibe con alegría. Han sido sólo tres días de un camino inolvidable que se alarga hasta hoy gracias a mis compañeros Antonio, Javi, A. David, Pichichi, Iñaki, Victor y a nuestros Scouters Manolo y Miguel.


¡Esta noche dormimos en Nerín!






Cañón de Añisclo, de ida y vuelta, Agosto 2005
Episodio segundo.


¡A punto de salir volando! La sensación que nos quedó tras hacer noche

en los llanos de Góriz fue esa, nunca antes había tenido que dormir sujetando
los mastiles de un igloo durante más de una hora. Qué ventolera...
El día no parece malo, pero las grandes cumbres amanecen cubiertas,
adios al sueño de hacer Monte Perdido.
Y aunque durante los primeros pasos fuese una pequeña desilusión
para el grupo, años más tarde nos dimos cuenta del gran acierto
de adentrarnos en el Cañón de Añisclo, una visita imprescindible de una de las zonas más sorprendentes del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Estamos en Nerín, atrás quedan las tres sorores, el camino ha sido corto y muy entretenido, la acampada libre está prohibida y buscamos algún lugar para pasar la noche. No recuerdo cómo llegamos a dar con
el señor que nos cedió por 60 euros, un desván por el que hacía tiempo
no pasaban ni las ratas. El propietario se dedicaba a fabricar todo tipo de objetos
con madera de Boj, dimos buena cuenta de ello.



Comenzamos la marcha,ahora pateamos bosques espesos y salvajes, aguas bravas
y juguetonas, escarpes rocosos altivos y abruptos: naturaleza en estado puro.
Caminamos de la mano del rio Bellós, responsable de la estrecha grieta en la que nos encontramos.
Tras más de cuatro horas de ruta, damos con la Fon Blanca, uno de los mejores recuerdos de aquellos días. Desde este punto vemos perfectamente la marcada silueta del collado de Añisclo. Ascendemos por la izquierda orográfica del barranco, entre prados de hierba, dejando a la derecha innumerables cascadas y grandes bloques de piedra.


Hacemos una parada,
-¿Quién quiere glucosa?
- Habrá que gastarla, ¿no?
Tenemos el collado a pocos minutos, nos cruzamos con una pareja
de rebecos y un grupo de montañeros lituanos que vienen de hacer noche en el collado, andan buscando el GR 11, queda claro.
Estamos de nuevo en el collado, nos asomamos al balcón y vemos Pineta
cubierto de nubes a esas horas de la tarde. Nos ponemos los pantalones largos,
ya empieza a refrescar.
Antonio pierde el móvil, Manolo marca la ruta para mañana y hay quien busca algo de beber...


En Pineta empieza todo

Ascensión al Collado de Añisclo, Agosto de 2005
Episodio primero
"Remontémonos cinco años atrás, un verano, un lugar, quince días
entre ellos, un campamento; el momento del año que nunca falla,
el que siempre llegará a ocupar un buen espacio de tu corazón..."
El Instituto ha terminado para nosotros,
la selectividad es historia,los compromisos todavía
no arrecian, el lugar es de ensueño y la compañia inmejorable.
Quince días para vivaquear en las alturas, liderar una tribu india,
ganar las Olimpiadas y perdernos en una ruta tan inolvidable que cambiaría
nuestro camino: Somos los Rover.
Hacía calor, Julio...
-Oye Manolo, ¿y dónde dices que vamos de salida?
Eso qué será, ¿como la cuesta de las cabras?
-Muchacho, la cuesta de las cabras es una autopista comparao con eso, así
que a entrenar duro, no me seais paquetes cagaos...
La alarma no suena y si suena se apaga, te aprietas las chiruca,
cargas unas latas, el mochilón y un montón de inexperiencia.
Dejamos el valle, atravesamos el Cinca y de morros contra el GR 11,
rojo y blanco, rojo y blanco. Inmediatamente giro a la derecha, en fuerte pendiente
y ya estamos en el bosque, atrás queda el barranco de las Fayetas, vamos subiendo.
Continuamos el ascenso por terreno rocoso y en zig zag. No podemos alucinar más,
alcanzamos el collado de Añisclo, 2.453 m.
-"¡Increible, vaya vistas!"
-"Sherpa, todavía nos queda un rato para Góriz"
Fue el ambiente que palpamos aquel día lo que
nos lleva a vivir tan de cerca la montaña, sin ninguna duda.
Ha sido una paliza, está claro que salir a correr por el paseo maritimo
de la Torre no será suficiente la próxima vez. Montamos las tiendas,
la roca quema. Algunos leen a Saramago, otros pasean...
Tenemos el Perdido a tiro de piedra, a ver como amanece.