domingo, 24 de enero de 2010

Islandia , pais de hielo y fuego (I)

Un recorrido por el extremo noroeste de Europa
Julio de 2007
Episodio primero

Julio Verne lo imaginó...yo lo he visto

Es difícil empezar cuando tres años más tarde todavía no has digerido la belleza natural que has absorbido en tan solo diez días. Y es que ante tal variedad de posibilidades y sensaciones que esta isla nos ofrece es imposible quedarse indiferente.
Estamos en Islandia, territorio de origen volcánico en el que podremos pasar de verdes y extensas praderas, a zonas desérticas o pasear por glaciares inmensos. Se dice pronto.
Es verano, el sol de medianoche nos ofrece un continuo espectáculo gratuito de luces y colores, la temperatura es agradable y no me importa tener luz las 24 horas del día.

Hemos pateado Reikiavik de cabo a rabo, previo avistamiento de ballenas en "La cala de los humos" nombre de la ciudad en idioma islandés. Se trata de una urbe moderna y cosmopolita de aproximadamente 200.000 habitantes siendo la capital del país por lo que no hace falta describir la tranquilidad y la calma con la que esta gente vive, nada que ver con el ajetreo y las prisas a las que acostumbramos en el sur.
Mañana partimos 'on the road' y no volveremos en diez días, confío en recuperar mi maleta, extraviada en la locura de Barajas.
-¿Pero aquí nunca se hace de noche o qué? Son las cuatro de la mañana y habré escrito unas diez postales...
Bajo deprisa las escalerillas, por lo que veo la gente lleva funcionando varias horas ya, hoy empezamos el Tour y hay más trajín de lo esperado. ¡Toma! ¡Mi maleta! Ya la daba por perdida...


Voy con mis cuatro favoritos, nos espera un autobús 4x4 y un guía espectacular. Nos dirigimos al parque de Haukaladur, buscamos Geysir, un lugar mágico que te atrapa entre el azul de los pozos y los estallidos de los geiseres. Estos son un tipo de fuente termal que eructa periódicamente, expulsando una columna de agua caliente y vapor en el aire. Alucinamos, nunca habíamos visto algo parecido. Eso si, hay que llevar cuidado y no acercarte demasiado, el agua sale literalmente hirviendo y claro, te puedes quemar.


Continuamos nuestra ruta por el suroeste de la isla, nuestra próxima parada es la 'Cascada de Gulfoss', realmente impresionante debido al abundante caudal de agua en esta época de deshielo y al enorme salto de agua que tenemos ante nuestros ojos.




Un gran espectáculo visual del que disfrutamos gracias a la enorme fuerza erosiva del río Hvitá, sólo el tiene la culpa.



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