miércoles, 6 de enero de 2010

En Pineta empieza todo

Ascensión al Collado de Añisclo, Agosto de 2005
Episodio primero
"Remontémonos cinco años atrás, un verano, un lugar, quince días
entre ellos, un campamento; el momento del año que nunca falla,
el que siempre llegará a ocupar un buen espacio de tu corazón..."
El Instituto ha terminado para nosotros,
la selectividad es historia,los compromisos todavía
no arrecian, el lugar es de ensueño y la compañia inmejorable.
Quince días para vivaquear en las alturas, liderar una tribu india,
ganar las Olimpiadas y perdernos en una ruta tan inolvidable que cambiaría
nuestro camino: Somos los Rover.
Hacía calor, Julio...
-Oye Manolo, ¿y dónde dices que vamos de salida?
Eso qué será, ¿como la cuesta de las cabras?
-Muchacho, la cuesta de las cabras es una autopista comparao con eso, así
que a entrenar duro, no me seais paquetes cagaos...
La alarma no suena y si suena se apaga, te aprietas las chiruca,
cargas unas latas, el mochilón y un montón de inexperiencia.
Dejamos el valle, atravesamos el Cinca y de morros contra el GR 11,
rojo y blanco, rojo y blanco. Inmediatamente giro a la derecha, en fuerte pendiente
y ya estamos en el bosque, atrás queda el barranco de las Fayetas, vamos subiendo.
Continuamos el ascenso por terreno rocoso y en zig zag. No podemos alucinar más,
alcanzamos el collado de Añisclo, 2.453 m.
-"¡Increible, vaya vistas!"
-"Sherpa, todavía nos queda un rato para Góriz"
Fue el ambiente que palpamos aquel día lo que
nos lleva a vivir tan de cerca la montaña, sin ninguna duda.
Ha sido una paliza, está claro que salir a correr por el paseo maritimo
de la Torre no será suficiente la próxima vez. Montamos las tiendas,
la roca quema. Algunos leen a Saramago, otros pasean...
Tenemos el Perdido a tiro de piedra, a ver como amanece.

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