miércoles, 6 de enero de 2010

De vuelta al Hermano Gris



Descenso al valle por el Balcón de Pineta
Agosto 2005

Episodio tercero

Hemos pasado tres días lejos del campamento, tres intensos días repletos de momentos inolvidables e imagenes espectaculares. Volvemos a casa,la sensación es inmejorable. Amanecemos temprano, nos espera un largo descenso pues nos encontramos en el Collado de Añisclo y pretendemos estar en el Refugio de Pineta
para comer. Iniciamos la ruta extremando las precauciones debido a las fuertes pendientes
que nos llevan hacia el valle, el día soleado nos regala estampas únicas.


Después de un par de horas caminando y tras pasar algunos tramos de descenso equipados
con cadenas, nos vamos acercando al Balcón de Pineta. Desde allí divisamos a la Esculta, se dirigen al lago Marboré. No están muy lejos aunque nos llevaría un tiempo alcanzarlos ya que debemos bordear bastante terreno. Paramos de pronto.
- Podríamos pillarlos, y ver el Marboré.
Es lo que nos gustaría a todos, habíamos oido hablar del lago y se nos ponen los dientes largos muy pronto. Tras una breve conversación, continuamos con la ruta marcada, nos dirigimos al valle. Quizá no era el momento de visitar el Marboré, estabamos haciendo la mejor salida que recordamos y la visita quedó para otro momento, no entraba en los planes iniciales.

El descenso, casi por completo con Victor, no puede ser más tranquilo hasta llegar a uno de los campings que hay en el valle. Ya se siente el murmullo de montañeros y turistas que en estas fechas visitan el parque, nada que ver con la tranquilidad de los días anteriores.
Por fin llegamos al campamento, todo está en calma pues somos de los primeros en llegar, tan sólo la manada nos recibe con alegría. Han sido sólo tres días de un camino inolvidable que se alarga hasta hoy gracias a mis compañeros Antonio, Javi, A. David, Pichichi, Iñaki, Victor y a nuestros Scouters Manolo y Miguel.


1 comentario:

  1. La única alegría del día; encontrar en la bandeja de entrada del correo con esta perla misteriosa.

    Los vientos, las risas, ese ambiente mágico vuelve a visitarme, lo espío con delicadeza y empiezo de nuevo a soñar. Qué días.

    Allí,quizá algunos entendimos los colores de la montaña, y la candidez del diálogo sordo con el lado salvaje de la vida.

    Perderemos el tiempo, las ganas y este placer sin receta si no nos enfundamos, de nuevo, las chirucas, la mochila con guías de aluminio y la flor de lys por bandera.

    Nunca es tarde.

    Enhorabuean por el blog. Larga vida.

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